lunes, 15 de agosto de 2016

Deseos y plenitud

Simplemente mirá hacia atrás al año que pasó, ¿Cuántos días te la pasaste preocupandote acerca de algo insignificante? ¿Cuántos días pasaste pensando en algo que hoy es obsoleto? Nuestra energía se disipa en la forma de miedos y deseos. Y es el deseo lo que te hace débil.

Hay una historia del Rey Akbar. Estaba haciendo una plegaria masiva al aire libre. Y había un santo que pasaba por ahí. El rey le pidió a Dios, "Dame más riqueza, dame mas prosperidad" Y justo antes de terminar, el santo que por ahí pasaba, simplemente se detuvo y lo observó por un par de minutos, y luego se fué. Y el rey Akbar se levantó y dijo "Oh, espera, espera, ¿Qué es aquello que deseas? Porque puedo darte lo que desees. Tu solo pídeme." Así solía ser la tradición en aquellos días. Los reyes solían concederle a la gente sus deseos. Entonces este santo dijo "No acepto nada de un mendigo. Vos mismo estabas mendigando, hace cinco minutos a Dios que te dé más riqueza y prosperidad! Eres un mendigo siendo rey! No necesito tomar nada de vos. Voy a tomarlo de aquel al que vos le estas pidiendo. Esto hizo al Rey Akbar avergonzarse. Se dió cuenta algo muy hermoso y se dijo a el mismo "He sido un mendigo toda mi vida"

El deseo te debilita. Te sacude. Tu raíz es perturbada. Lo que sea que desees, enfrente de esa gente te volves débil, sin poder. El amor no es eso, el amor es dedicación, es ofrecer, no pedir. El amor no puede ser experimentado en el proceso de pedir. "Dame mas, ¿Qué podes darme? ¿Qué alegría me podes dar a mi?" En esta carrera de pedir, arrebatar, no puede haber amor divino. No puede haber satisfacción o plenitud. Este es un cuento extraído de los comentarios de Sri Sri Ravi Shankar en Narada Bhakti Sutras.